Hay un tajo en la roca viva,
que el mar abrió tal vez con sus enojos,
un lindo pueblo de hermosaura esquiva
que nunca entero muéstrase a los ojos.
Lo parte en dos por gala y bizarría
un río con sus aguas transparentes
que fluyen sin cesar con armonía
bajos los arcos de sus siete puentes.
Coro inmortal de dichas y de penas,
muévese el mar allá, manso o bravío:
En el áureo tazón de sus arenas
bebe de un sorbo el susurrante río.
Y sus melenas de león rujientes
contra las duras rocas sacudiendo,
se entra en la villa de los siete puentes
con un rugido horrísono rugiendo.
Más, como a un gesto de Santa Gundula,
al entrarse en la villa pintoresca
el mar calma sus iras, y modula
una tierna canción, vibrante y fresca.
Su mucha gentileza le ha vencido,
y el monstruo fiero de terribles iras
trueca el fragor del áspero sonido
en suspirar de flautas de liras.
Así el amor las almas enajea,
las funde a su talante con un beso;
con cadena de flores encadena,
y va el león, cual la paloma, preso...
Aproxima las almas y las bocas
sedientas de venturas inmortales,
y hace manar las fuentes de las rocas
en cascadas de linfas musicales.
Las casas, en el río melodioso,
como un espejo de crital se espejan,
y en un manso suspiro sonoroso
las claras aguas con dolor se alejan.
Hallando el valle estrecho a su hermosura
busca Luarca más luz, más horizonte:
trepan las casas por la roca dura,
y es un anfiteatro todo el monte.
Y en las noches de estrellas florecidas
que se abren por millares de millares
fulgen las de la villa confundidas
con las rápidas luces estelares.
Como si al fin el pensamiento humano,
audaz osando remontar su vuelo,
por virtud de su genio soberano
confundiese la tierra con el cielo.
Y en tanto el mar, rozando sus querellas,
pone en la noche su órgano sonoro,
mientras arden las fúlgidas estrellas
como ardientes lámparas de oro.
Casimiro Cienfuegos Rico
lunes, 1 de febrero de 2010
Las Alegres Noches Valdesanas
Forastero: Seguro que habrás estado en Luarca (en la guía Telefónica viene por Valdés), con motivo de las profanas fiestas timoteínas o del Rosario; o de las fiestas religiosas de Semana Santa, o de las familiares navideñas o de fin de año. Seguro que sabrás de la belleza de Luarca por las bellas poesías de nuestro más insigne poeta: CASIMIRO CIENFUEGOS (Hay un tajo en la roca viva, que el mar abrió...)o por los libros de JESUS E. CASARIEGO (Con la vida hicieron fuego...), pero es posible que no conozcas las alegres noches valdesanas. No te las pierdas forastero. Del centro a la periferia de la vella villa valdesana, podrás disfrutar hasta altas horas de la noche, de grupos de cantores, que te harán recordar románticas baladas o alegres corridos mejicanos, lo mejor de todas las décadas. Sin duda, pensarás que son profesionales, tanto o más que los tres tenores y, sin embargo, son aficionados. Algunos, piensan que la belleza de las melodias superan lo humano y están ante extraterrestres. Y podeis participar, sin que nadie, absolutamente nadie, (tres veces nadies) os llame la atención. En los pequeños descansos hay concursos de émulo de TARZAN llamándo a su quería mona CHITA, creencia que estais en la selva sin daros cuenta que estais disfrutando de las aleges noches valdesanas. Y cuando oigais los alegres y juveniles ruidos de las motos y coches hacia las siete de la madrugada os dareis cuenta que la magia de la noche valdesana ha llegado a su fin. Hay una minoría que prefiere estar en brazos de Morfeo y posiblemente se acuerden de los antepasados de los cantantes, y no para bien, esque raros lo hay en todas partes. Buenas Noches.
Etiquetas:
Luarca,
noches valdesanas. Asturias.
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